2.5 Industria de entretenimiento y medio de información
El pasado domingo 4 de marzo se celebraron la 90ª edición de los Oscar, como siempre, acogido por el Dolby Theatre en Los Ánegles, California, EE.UU. La velada transcurrió tranquila, sin errores ni sorpresas desagradables. En el caso de la entrega anterior, hubo descuidos a la hora de leer los sobres con el nombre de los ganadores. En lo que concierna a la gala de 2018, fue una ceremonia llena de diversidad y reivindicación a la figura de la mujer, a raíz del famoso caso de acoso por parte del productor de cine, Weinstein, donde muchos de los asistentes hicieron hincapié en la frase Time’s up, el tiempo se terminó, en protesta por los acontecimientos hacia el sexo femenino antes mencionado. Aunque pareciera una gala interesante y relevante, la verdad es que, en términos de audiencia fue su peor año. A raíz de esto, la industria se pregunta cómo ha sido posible y busca soluciones para una gala en caída libre.
En cuanto a los porcentajes, hace 4 años la cuota de pantalla fue de 44 millones de espectadores. Este año todo se rebaja a la mitad con 26,5 millones de espectadores, eso supone una reducción del 19% de público. A pesar de que todos los acontecimientos grandes que se televisan han ido perdiendo el interés de la gente, los Oscar ha presentado un descenso alarmante.
Como no podría ser, los Premios de la Academia se han posicionado hacia unos ideales políticos, los cuales, muchos de los estadounidenses no comparten por lo que rechazan ver la ceremonia. En esta se habló de la inmigración, la diversidad o la igualdad salarial, temas que fueron constantes. Además, una encuesta realizada por la a revista The Hollywood Reporter, que publicó días antes de la ceremonia, mostraba que el 66% de los votantes de Trump cambia de canal cuando empiezan los discursos reivindicativos y la mayoría de este grupo considera que la gala es demasiado política.
Otro factor que afecta a la popularidad de la gala es la edad, la cual no está entre la programación de los más jóvenes. Los adolescentes muestran poco interés hacia estos eventos, por lo tanto, beneficia poco en cuanto a la audiencia respecta. Otra gala de premios, que si ha sabido conquistar más a esta generación son los Globos de Oro, que combinan cultura popular y televisión, factores más llamativos para este sector del público.
Al final, los Premios Oscar son lo que son, una ceremonia para galardonar a los mejores del mundo del cine. Y es por eso que, todos los años las películas no pueden estar al gusto de la sociedad o por alguna razón no han sido tan relevantes. Así pues, por esta razón, la gente decidió también prescindir de ver la velada y entretenerse con otra programación.
No hay que pasar por alto que la ceremonia de este año fue la más larga de toda su historia, 3 horas y 50 minutos, los cuales pueden echar para atrás al público, o simplemente, no llegan a ver la gala entera.
En conclusión, no es secreto que estos factores iban a tener que ver en el descenso de la audiencia, además nada es a gusto de todos, es decir, aunque el cine es uno de los entretenimientos preferidos de la gente, la gala no puede ser del agrado del espectador. Creo que la gente va a ver películas para disfrutarlas y pasar un buen rato, quizás, solo les importe los Oscar para elegir cuál será su próxima película para ver.
La información ha sido extraída del artículo » Por qué los Oscar han tenido la peor audiencia de su historia» del periódico El País:
https://elpais.com/cultura/2018/03/07/actualidad/1520411698_047122.html?rel=lom