5.1 La iconosfera contemporánea.
Uber ha suspendido todas sus actividades con vehículos autónomos tras el accidente que se cobró la vida de una mujer de 49 años en Temple, Arizona. El accidente ocurrió durante la noche, cuando la mujer cruzó una autovía en la que no había paso de peatones ni tampoco iluminación.
El coche estaba programado en conducción automática, aunque contaba con un conductor en su interior, quien no fue capaz de reaccionar a tiempo para evitar la colisión. La policía de Arizona, tras observar los videos grabados por las cámaras que llevan incorporadas estos vehículos, ha concluido que la culpa no la tuvo ni el sistema de conducción ni el propio conductor, ya que el tiempo de reacción fue prácticamente inexistente.
Sin embargo, este accidente supone un antes y un después en la regulación de los vehículos sin conductor, pues si antes ya contaban con una gran cantidad de opositores, esta cantidad se ha multiplicado, haciendo difícil que se puedan llegar a incorporar a la circulación habitual en un corto plazo.
Algo que me gustaría comentar y por lo que he cogido este artículo es que nos encontramos ante un caso de doble moralidad, un caso en el que una maquina debe decidir, o más bien los programadores que la preparan deben decidir. Pues si nos encontramos en una situación en la que uno de estos vehículos va a colisionar con un grupo de personas, este puede evitar el accidente saliéndose de la calzada, aunque esto supondría que el conductor que viaja a bordo podría morir, es una difícil decisión por parte de las compañías. ¿Quieren proteger a quien paga por sus servicios o al mayor número de personas posibles?
La policía de Arizona ha hecho público el video del accidente.
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